En la serie de artículos sobre trucos para practicar en verano, venimos hablando del uso de la imaginación para mejorar nuestro nivel de esquí:
- Usar la memoria para recordar buenos gestos y momentos y tratar de repetirlos o, por el contrario, recordar los errores y diseñar estrategias para solventarlos.
- Emplear la visualización para imaginarnos ejecutando los gestos correctamente y programarnos para ello
- Plantear objetivos realistas para poder creer en lo que nos proponemos, y mejorar nuestra autoconfianza junto con la mejora efectiva de nuestro rendimiento.
- Transferir de otros deportes u otras actividades sensaciones similares a las del esquí, que luego podamos aplicarlas a nuestros descensos.
Pero nada de esto sirve de mucho si, llegado el momento, no practicamos en situaciones reales. No existen píldoras mágicas, y nada sustituye a la experiencia real. Sólo ella nos permitirá enfrentarnos a infinidad de trances para poder contrastarlos con las acciones correctas, y sólo la práctica nos proporcionará información cinestésica vívida y real con la que interpretar los estímulos del entorno y aprender a regular los movimientos.
Aprovechemos, pues, cuando tengamos la ocasión de practicar. Seamos conscientes de nuestras necesidades y limitaciones, llevando bien preparado un plan simple y eficaz: a tal problema, tal estrategia, a tal situación, tal pensamiento. De la combinación de la práctica mental este verano, y la real durante la temporada, es seguro que mejoraremos nuestro rendimiento.
¡Buenas huellas!
Carolo © 2012