Boí Taüll representa la esencia del esquí tranquilo, es una estación ideal para desconectar de verdad. El año pasado no pude, pero este año he vuelto al que es uno de mis destinos favoritos en el Pirineo y la verdad es que ha cubierto con nota las expectativas. Un esquí del máximo nivel en un entorno inigualable.
Volvemos a preparar una maleta, y eso siempre es sinónimo de ir a pasarlo bien
Igual que la última vez, nos alojamos en el aparthotel Augusta, en el Pla de l'Ermita, la zona más próxima a la estación, a 1600 m de altura.
Estos apartamentos están francamente bien. Todo muy cuidado y el personal muy amable.
Era tarde, así que nada mejor que una buena cena en el restaurante del hotel. Tienen interesantes referencias en la carta de vinos. El primer día nos decantamos por un "A mi manera" de Benjamín Romeo.
Tras dos años sin venir por la zona, imprescindible pararse a contemplar algunas de las maravillas que esconde. En este caso, Sant Climent de Taüll, a pie de carretera.
Nos esperaban dos días calcados. Sol, temperaturas elevadas pero la nieve aguantando perfectamente. ¿Será la altura? Está claro que cuando la cota baja empieza en 2000 m todo es más fácil a la hora de encontrar buena nieve. Y no es excepción porque para mí esta es la estación que conozco donde se encuentra la mejor nieve.
A primera hora un buen desayuno para coger fuerzas. Los primeros en llegar pero había ganas porque enseguida se iban llenando mesas.
Antes de las 9h ya estábamos en pistas y coincidimos con el autocar que lleva a los clientes desde Pla de l'Ermita:
Unos minutos después ya estábamos dispuestos a hacer la primera del día. Boí Taüll es una estación en forma de embudo, por lo que es muy sencillo cambiar de zonas y remontes, ya que todo acaba en el mismo sitio. Lo lógico aquí es, tanto en los días más fríos como en los más primaverales, empezar a esquiar por la zona de Vaques, en la parte de derecha, ya que es la zona que recibe más sol a primera hora de la mañana.
Pista Vaques vista desde arriba, una gozada
La primera sorpresa llega con las primeras bajadas. La nieve está de escándalo. Los cantos se agarran aunque no los lleves impecables, es una maravilla. Echaba en falta la sensación que da esta nieve cuando la esquías, nunca te falla el agarre, no hay sorpresas. El hielo parece que aquí no saben lo que es.
La pista Vaques, perfectamente pisada, tiene una pendiente ideal para dejar correr los esquís
A la que da un poco más el sol ya podemos empezar a probar la zona de las cornisas o un pequeño tubo que queda a la derecha de la silla. Si la nieve está bien, son zonas fáciles para iniciarse en los "fuera pista".
Esta cornisa es demasiado tentadora. La nieve aquí se transforma deprisa, por lo que se puede bajar aunque haya mucho contraste de temperaturas, como era el caso.
La pista L'Eslalom, en la zona de Vaques es la única negra de la estación pisada (y hay unas cuantas). Y diría que se pisa porque es una zona de mucha insolación y así se mantiene mejor. Bravo por los que dejan zonas sin tocar. Somos muchos los que agradecemos poder bajar "pistas" sin pisar.
Tras unas bajadas por la zona de Vaques, cambio de tercio y pasamos a movernos entre las sillas Mulleres y Resort Express. La ventaja de la Express es que sube más alto y más deprisa y puedes bajar por donde deja Mulleres.
Por debajo de la silla Express hay todo un mundo por donde poder bajar. Muy fácil de encontrar y evidente, sin pisar y con la ventaja de ser pistas y, por tanto, estar controladas por la estación. En días de calor como los que tuvimos cuesta ablandarse, pero en días normales son bajadas muy divertidas y exigentes.
Un pequeño receso en la salida de la silla Resort Express con el Aneto al fondo
Saliendo de Resort Express a la derecha, en Pas del Port, un camino con buenas vistas
Bajada típica por Erta hasta abajo. Esta pista invita a ir deprisa.
Comienzo de la pista Expres, con un buen muro al principio que poco a poco se va suavizando
Vista de la pista Expres desde Roies. Desde cualquier punto puedes saltar a la zona sin pisar. Nos metimos pero el sol aquí da poco y estaba demasiado duro para poder disfrutarlo bien.
Y cuando ya estamos a tono, es el momento de subir arriba, a Roies y Puig Falcó, la segunda cota más alta a la que deja un remonte en el Pirineo, a 2750 m (sólo superado por el teleférico del Pic du Midi). Las vistas son espectaculares y desde allí se pueden hacer algunas de las mejores bajadas que conozco. Aquí ya sólo hay rojas y negras.
Subiendo Roies
Pista Tuc que baja saliendo de Roies a la derecha. Esta foto muestra la filosofía de esta estación. Unos pueden bajar por Volta del Tuc, que el camino que se ve que da la vuelta, más fácil, y otros por Tuc, girando a la derecha o por cualquier otro punto sin pisar, pero siempre bajamos "juntos". Es perfecto cuando esquías en familia o en grupos de distinto nivel.
El Aneto siempre presente
Disfrutando por la parte media de Tuc
Subiendo Puig Falcó
Cuando sales de la silla de Puig Falccó es muy difícil no pararse a contemplar todo lo que te rodea
Bajando por la pista Vista Pallars de Puig Falcó
En Puig Falcó coincidimos con el Festival Hivernal de la Vall de Boí, un evento freeride en el que pudimos ver alguna línea muy potente.
Buen ambiente
Las zonas de debutantes son muy buenas. En primer lugar está la cinta Neret, situada a la izquierda de la estación y completamente apartada del resto de pistas. Permite dar los primeros pasos en una pendiente casi nula para luego acceder a esta zona donde se encuentran las cintas Irgo (cubierta) y Viuet (continuación de Irgo), también separadas del resto de pistas y que ofrecen una bajadita muy digna. Hace unos años pasamos muchas horas con el mayor, que empezó a esquiar aquí y guardo muy buenos recuerdos.
El buen tiempo es un reclamo para estar en la terraza
Y llega el momento de la despedida. Maletas hechas y vuelta a casa.
En resumen, dos grandes días. Volvemos con las pilas puestas y la sensación de haber esquiado en un gran sitio. Si no conoces Boí Taüll, merece una visita. Si te gusta el bullicio de Andorra, por ejemplo, este no es tu sitio, pero si buscas una escapada relajada, aquí encontrarás nieve normalmente abundante y de calidad, pistas de todos los niveles, tranquilidad y una estación amable. Ya tengo ganas de volver, esta vez con toda la familia, que la pequeña de la casa todavía no la conoce. ¡Hasta la próxima!