Máquinas pisapistas, vehículos de emergencias, 15 efectivos de bomberos, personal de Grandvalira y hasta un helicóptero, se han desplegado desde primera hora de este sábado para localizar a un esquiador madrileño de 27 años que había desaparecido mientras esquiaba con un grupo de amigos por el sector Pas de la Casa.
Hacia las 13 h se le perdió la pista. Los amigos lo esperaron en el local donde habían quedado para comer, pero tampoco apareció. Entonces llamaron a los servicios de rescate y emergencia de Andorra para poder localizarlo. Se analizó sus movimientos en remontes gracias al forfait, detectando que el último telesilla al que se subió fue el de Costa Rodona. Después, nada más, según el Altaveu de Andorra, que ha explicado con todo detalle los movimientos que se han hecho para encontrarlo.
Así, según explicaron sus amigos, el desaparecido no era amante de salir de fiesta, por lo que descartaron que se hubiera metido en algún local. Lo que parecía un servicio de búsqueda normal, con el paso de las horas y conforme se iban las luces del día, se convertía en un rescate de riesgo. De esta manera a las 07h de la mañana en cuanto despuntaron los primeros rayos del sol, se activó un amplio despliegue de medios para encontrar al joven esquiador.
Mientras en la montaña se le buscaba, a pie de pistas la policía hacía también sus propias averiguaciones. Analizaron los datos de su tarjeta de crédito hasta que descubrieron que se había hecho servir para reservar una habitación de hotel del Pas de la Casa. Cuando a las 09h de la mañana los agentes fueron hasta allí para comprobar la identidad se encontraron con que efectivamente era el desaparecido, que dormía a pierna suelta mientras en el aparcamiento de Grau Roig ya se estaba montado un 'centro de mando avanzado'.
Un dineral que se le podría hacer pagar
¿Por qué decidió ir a otro hotel cuando ya tenía reservada una habitación en la población de Ransol? ¿Por qué no avisó a sus amigos ni se presentó a comer? Estas serán cuestiones que tendrá que responder, ya que el despliiegue costó un dineral, y aunque Bombers d'Andorra puede emitir una factura por el rescate, hasta ahora no lo ha hecho nunca, pero en este caso se están planteando muy seriamente hacerlo, según indica el Altaveu.
En su defensa, el chico al parecer iba bien equipado para esquiar, pero no llevaba encima el teléfono móvil.
De hecho el pasado 14 de enero se tuvo que rescatar a un esquiador después de haberse dañado en el tobillo cuando bajaba el pic del Estany Mort en Ransol, Canillo. Y no se le cobró el rescate.