Así que, disculpas anticipadas por el rollo que viene, y un poquito de comprensión! Lo que la llevó a primera página de esta web fue precisamente la polémica por el Jesucristo Superesquiador.
Whitefish es un pequeño pueblo del noreste de Montana de unos 6.000 habitantes, se encuentra a unos 60 kilómetros de la frontera canadiense muy cerca también de la frontera estatal de Idaho. Y por supuesto ahí se encuentra la estación de esquí de Whitefish Mountain Resort, antiguamente conocida por el nombre de Big Mountain.
Por lo tanto hablamos de las Rocosas, en concreto de la zona de las Kootenay que comparte entre otras con su prima canadiense Fernie. Otra joya y la responsable de que acabáramos liándonos la manta a la cabeza y yendo hasta ahí.
Es una zona muy nivosa, con medias por encima de los 10 metros por temporada pero con muchísimas nieblas, y cuando digo con muchísimas nieblas estoy hablado de diarias y muy densas (y soy de Zaragoza, alguna niebla me he comido), algo que hay que tener muy en cuenta para no llevarse a engaños. Lo bueno de esas nieblas? Pues que es una estación muy arbolada y una vez te metes a jugar entre los bosques la visibilidad es perfecta. Las pistas están bastante preparadas, y en zonas especialmente expuestas a las nieblas tienen balizas tanto en los extremos de las pistas como en su parte central. También es una zona muy fría, la semana anterior a nuestro viaje tuvieron que cerrar la estación por alcanzar temperaturas de -40 grados con sensaciones en la cima de -57… es verdad que fue una ola de frío, pero se pueden dar y los -20 tampoco son extraños por ahí. Nosotros tuvimos mucha suerte y esquiábamos a 20 grados, Fahrenheit, pero 20 al fin y al cabo! No tuvimos días de frío, y no creo que esquiáramos mucho más allá de los -10 grados.
Es una zona con un turismo bastante limitado, y que su temporada alta es el verano donde su gran atracción es el Parque Nacional de los Glaciares, ya que desde mediados de otoño hasta el verano está literalmente enterrado en nieve y su acceso está restringido a unas pequeñas áreas.
Tampoco es la zona más famosa para esquiar en Montana, ya que la joya de la corona y una de las más grandes de EEUU, Big Sky, está a unas 6 horas en coche. Por lo tanto, estamos hablando de una zona donde la mayoría de su público es local, de zonas cercanas de Idaho o Canadá, o algunos que aprovechan el largo y pesado viaje en tren que te deja en el centro del pueblo, el Amtrack que recorre todo el norte de EEUU… pero no son muchos, creo que desde Chicago o Mineápolis el viaje supera las 48 y 30 horas o algo así.
Llegar no es del todo fácil, su puerta principal es el Aeropuerto del Parque Nacional de los Glaciares que se encuentra en Kalispell, a unos 20 km de Whitefish. Para llegar a ese aeropuerto no te queda otra que hacer 2 escalas desde España… digamos que no es el mayor aeropuerto de EEUU y que sus conexiones son limitadas. Nosotros llegamos vía Amsterdam y Mineápolis y salimos por Salt Lake City y Nueva York. Una vez llegados al aeropuerto es fácil y cómodo llegar al pueblo… desde Shuttles hasta Uber te llevan a Whitefish en una media hora. Eso sí, es bastante recomendable pillar el transporte antes de llegar ya que el aeropuerto es realmente pequeño, además está en obras y el avión te deja prácticamente en la calle.
La estación consta de una gran montaña que se puede esquiar por todas sus caras, unas más pisteras y otras mucho más enfocadas al fuera de pista, pero en toda la montaña tienes zonas para divertirte entre árboles. Para salirte de pista, en muchos casos tienen un sistema de puertas, parecido al que implementan en Japón, incluso alguna vi con detector de ARVA, pero entiendo que esto se sobreentiende y no hace falta decir que siempre hay que ir con el material antiavalancha adecuado, no? Desde el pueblo se puede llegar fácilmente en el SNOW bus, con varias paradas, buenas frecuencias y gratuito.
Esta es la parte frontal de la estación y la zona del East Rim, que es la parte más a la derecha del mapa, que sirve la silla 5 y está llena de dobles diamantes divertidísimas.
La silla 1 es una desembragable que te deja en la cima y desde donde tienes acceso a cualquiera de las caras de la montaña. Digamos que las sillas desembragables y modernas no son la norma, y su mayoría son lentas, viejas y muchas sin reposa pies siquiera… pero tampoco nos vamos a poner exquisitos a estas alturas que disfruto en Candanchú como un crío.
Aquí hay muchas pistas, muy divertidas, como es normal en EEUU no muchas pisadas y nada de autopistas planas sino con cambios de rasantes, peraltes, etc… En la mayoría de esta zona tienes vistas muy bonitas (cuando te lo permite la niebla, que no es demasiado a menudo) sobre el valle (Flathead Valley), sobre uno de los múltiples lagos de la zona y el propio pueblo.
La zona más al este, conocida como el East Rim es un auténtico parque de atracciones, puedes llegar desde la propia silla 1 o dar vueltas como un hámster desde la silla 5, desesperantemente lenta, pero que para un cuerpo escombro como el mío es perfecta para no irme a casa a las 12 sin piernas. Pedí que me lo envolvieran y me lo mandaran para aquí pero no me hicieron ni caso… pero para mí la zona más divertida.
Aquí hay que tener cuidado, a la derecha de la silla hay varias dobles diamantes, donde quizá la dificultad no está tanto en la pendiente, sino en lo denso de sus bosques. Cuanto más a la derecha vas, más abierto el bosque y algo menos la pendiente.
La puerta de entrada bajo la silla también es una joya pero hay que estar muy al loro ya que es zona acantilados, es verdad que es difícil acabar enriscado y que tienes alternativas por corredores muy estrechos, pero no está de más controlar bien la zona antes de meterte demasiado, que como hemos hablado la visibilidad no es la mejor y en cuanto te acercas a los acantilados el bosque se reduce y tu visibilidad también lo hace de forma dramática.
La zona de Hellraring está muy enfocado al fuera de pista, realmente hay una pista azul que la recorre, lo demás es “sálvese quien pueda” y baje usted por donde quiera. Aquí el bosque es algo menos denso y mucho más juguetón por la perfecta colocación de los árboles, pero no es menos cierto que aquí la pendiente es importante por momentos, sobre todo en las partes altas y en la zona central hay una zona de corredores.
El mayor problema de esta zona es que no tiene una silla que la sirva, sino que entras desde la cima (silla 1) y luego tienes una silla que te saca de ella, por lo tanto tienes que volver a la base a coger la silla 1 para volver a entrar aquí.
La zona del North Side tiene un poquito de todo, las pistas son las mejores pisadas de la estación, y carvearlas por esos bosque infinitos es un auténtico placer. Es un pequeño refugio a primera hora de la mañana cuando las nieblas son más densas y la visibilidad aquí mejora. Aquí los bosques son perfectos, la inclinación perfecta, el espaciado perfecto de los árboles… la verdad es que es una zona muy divertida.
Tiene 2 sillas que sirven a toda la zona, la 7, una moderna y rápida, y la 11, capaz de hacerte disfrutar del deshielo y el rehielo, y las 4 estaciones. Te puedes subir en el invierno de 2024 y llegar arriba en el 27… pero esos bosques merecen mucho la pena. Y tal y como suelo llevar yo las piernas son una salvación.
Y el pueblo… pues el típico pueblo que tenemos en mente del Oeste americano. Un centro de 4 o 5 calles llenas de tiendas, bares y restaurantes, la iglesia y la estación, y una pequeña “playa” en el lago, y el resto residenciales cada uno con su parcelita delante y detrás. Nada sorprendente, pero encantador. Y la gente, pues increíble, hemos tenido muchas anécdotas y todas tienen un denominador común, la sorprendente amabilidad y hospitalidad de la comunidad.
Y por último, si estáis por ahí, pues está el Parque Nacional de los Glaciares, cerrado en un 90 %, pero visitable para un día diferente.
Ah! Y por supuesto… si estás ahí, una escapada a Fernie, que son menos de 2 horas no hace daño a nadie!