En los últimos tiempos el esquí de alto nivel es (o parece ser) cada vez más una cuestión de potencia y físico, hoy voy a reivindicar el esquí más fácil, suave y, sobretodo, armonioso…
Cuando vemos vídeos es esquiadores de ‘top level’ vemos curvas a mucha velocidad en pistas difíciles, movimientos precisos y muy rápidos, vemos potencia y agresividad, pero ese no creo que sea, ni deba ser, el objetivo de la mayoría de nosotros.
El esquiador ‘recreativo’ normalmente busca disfrutar del esquí, busca mejorar técnicamente pero sin sentir la necesidad de esquiar a grandes velocidades o generar ángulos de locura respecto al suelo, ni tampoco hacer curvas super cortas a la velocidad del rayo en pistas negras y, todo esto, me parece no solamente respetable sino acertado.
Y es que la realidad del esquí nuestro de cada día se parece mucho más a esa búsqueda de un esquí fácil, suave, bonito, y correcto técnicamente que a lo que a menudo vemos en vídeos de esquiadores de nivel mundial. En nuestro esquí, el de la mayoría de nosotros, no debe primar la potencia, debe focalizarse mucho más en intentar hacer 'bien' las cosas, en buscar esquiar centrados, bien posicionados y con movimientos suaves, progresivos y contínuos.
Por esta razón hoy reivindicaré el ‘slow ski’, el esquí suave, el buscar hacer las cosas bien pero no necesariamente rápido ni en pistas difíciles.
Disfrutemos de las sensaciones, de la nieve y, por qué no, del paisaje.
Disfrutemos del esquí como si se tratara de cualquier otra actividad en el medio natural. Disfrutemos del esquí sin presionarnos y sin buscar objetivos imposibles, que una cosa es tener claro el modelo técnico que queremos conseguir y otra, muy diferente, es obsesionarse con ello.
Esquiemos suave y fácil, esquiemos disfrutando del momento, esquiemos por el simple placer de esquiar.
Winter is coming!
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Sam Suarez,
Técnico deportivo superior