Ya estoy de vuelta de mi viaje a los Cáucasos, en el que un grupo de 3 españoles intentaríamos alcanzar la cima del Monte Elbrus (5.642 m), montaña más alta de Europa. Debido a la tensa situación en la que se encuentra el valle de Azau, a los pies del Elbrus, e inmerso en la convulsa región de Kabardino-Balkarian, sitiada por militares en todos los valles frontera con Osetia del Norte (Georgia), decimos contratar los servicio de un guía local que además nos resolviera el interminable papeleo necesario para conseguir los permisos de visado, estancia y escalada en el Parque Nacional de Prielbrusie
Nosotros nos quedaríamos los primeros días de aclimatación en un modesto hotel del “curioso” pueblo de Terskol (2.150 m), situado en una zona totalmente deprimida y con cierto aire soviético...
El primer día de aclimatación lo dedicamos a subir al pico Cheget (3.404 m), o eso es lo que nosotros pensábamos, pues a unos 3.100 metros encontramos controles fronterizos que impedían el paso hacia Georgia...
Y el Elbrus, como casi todos los días, cubierto de nubes...
A los pocos minutos de llegar hasta este punto, el tiempo cambió bruscamente, mostrándonos perfectamente los temibles cambios de tiempo del Cáucaso. No os exagero; se pasa en menos de media hora de un día estupendo a un marronazo de narices...
Así que nada, para abajo que aún quedaba un paseillo hasta el pueblo
Para rematar la jornada, llegando a Terskol nos calló un aguacero bastante curioso... Y como si nada, por la tarde se despejó mostrándonos las bonitas vistas de este impresionante valle
Al día siguiente, subida hasta el observatorio astronómico de Azau, a unos 3.200 m, desde el que al fin pudimos tener vistas de nuestro objetivo...
Las chorreras del glaciar de Garabasi...
Vertiginosas caídas hacia el valle de Azau...
El obervatorio y el glaciar de Terskol
Y al fin, el Elbrus...
Pero el día no daría más de sí, así que para abajo a comer...
Al día siguiente, nos fuimos a la estación de Azau para coger los remontes y pisar de una vez los 4.000 metros en las faldas del Elbrus, que estábamos ya un poco aburridos de tanto paseíto...
El imponente Usba (4.700 m), la más mítica y compleja montaña de Cáucasos... Su cara sur es igualmente vertical
Y tras tres remontes (dos de teleférico y el último de telesilla, de hace no sé cuántos años...) se llega al campo Barrles, a 3.700 metros, lo que a partir del día siguiente sería nuestro campo base
En este día, tan sólo nos “dejaron” subir hasta 4.050 metros, esto es, hasta el campo Priut 11, donde una gran roca plagada de pequeñas placas de montañeros fallecidos en el Elbrus te da la bienvenida...
Y junto a esta, las obras del nuevo refugio Priut 11 que tendrá 4 plantas y contará hasta con duchas... Me alegro de haber venido antes de su construcción...
Y el Elbrus, como siempre, desafiante tras las nubes...
Y poco más... Para abajo camino del valle que esta noche aún dormiríamos en Terskol...
Y por supuesto, las comidas regadas con fermentados locales...