La nieve en Irán es de una magnifica calidad. Obviamente no significa que siempre sea fresca y suelta pero en general es bastante mejor a la que estamos acostumbrados en nuestras latitudes, que paradójicamente son bastante similares a la latitud en la que se encuentran la mayoría de las estaciones de Irán. Dizin se encuentra a 36°3'0.58" N y por poner un ejemplo, Sierra Nevada está a 37°5'41.01"N, lo que significa que la estación más meridional de Europa se encuentra a mayor latitud que la principal estación iraní y que la mayoría de las veinte estaciones de Irán.
A priori cabría pensar que la calidad de la nieve es mala y que la temporada de esquí en Irán es corta. No hay que negar que en algunas estaciones si es así pero por ejemplo, podemos encontrar nieve en Tochal desde diciembre a mayo y en determinados lugares se puede esquiar hasta 8 meses al año. Esto es debido en gran parte a la altura de montañas (En Tochal podemos esquiar casi a 4.000 mts. de altitud) pero sobre todo a la orografía, la geografía y la meteorología local.
El clima en Irán es complejo y sobre todo extremadamente variado. Para lo que nos afecta, en invierno, un cinturón de altas presiones en Siberia bombea aire regularmente sobre Irán y al pasar por el Mar Caspio carga los frentes de vapor de sus calidas aguas y al chocar con la barrera de la Cordillera Alborz hace que descargue gran cantidad de nieve en estas montañas. Unido al clima seco de esta zona (nuestras narices han dado fe de sobra de esta sequedad que unida a la contaminación de ciudades como Teherán hace que sufran realmente) nos garantiza un régimen de precipitaciones alto y una buena temporada de nieve mas o menos seca y por consiguiente de esquí.
A pesar de que este año estaba siendo especialmente seco y con bajo nivel de precipitaciones según nos comentaba Assadolah Shemshaki, el Director del Hotel de Shemshak, en la foto podéis observar que toda la montaña está cubierta de nieve con buenos espesores y sin embargo suele tener un manto blanco bastante mas espeso. A partir de nuestro 4º día y después de 2 dias nevando sin parar ya se notaba la diferencia con respecto al primero que estuvimos en Shemshak y ya podíamos hablar claramente de esquiar nieves profundas y en algún caso, muy profundas.
Al menos la nieve polvo que conocimos nosotros no era como la que pude disfrutar el año pasado en las Rocosas (Vail concretamente), ya que aunque era bastante fresca y suelta no presentaba la misma dificultad para cohesionarse que en Colorado donde alcanzamos temperaturas de -30º C. Normalmente suelo medir la sequedad de la nieve mediante la facilidad o la resistencia que esta ofrece para hacer bolas y en Vail era realmente complicado hacerlas. Normalmente cuanto mas seca y fresca es la nieve, mas difícil resulta hacer bolas con ella y por tanto suele ser mas fácil de esquiar y mayor la sensación de flotabilidad. En el caso de lo que hemos conocido en Irán, aunque se flota y es fácil esquiarla, después de la jornada sientes las piernas realmente fatigadas, máxime si como nosotros, nos quedamos atrapados y hundidos con la nieve a la altura de las costillas más de una vez.
En cuanto a aludes conviene tener mucha precaución. Si nos disponemos a hacer backcountry sin duda es necesario contar con ARVA o equipos similares de localización, sondas, palas, etc. y sobre todo ir acompañados. En primer lugar, las pendientes de las laderas en estas montañas suele ser bastante fuertes en general y albergar lo que vulgarmente llamamos grandes “paquetones” de nieve. Al no existir ni equipos de rescate, ni medios en las estaciones hay que usar estos equipos conectados a los de nuestros compañeros en un modo similar a como funciona el software peer-to-peer. En los días que hemos disfrutado en Shemshak y Dizin hemos observado bastantes avalanchas y asistimos a una de gran tamaño en directo. Sin embargo nos comentaban los locales que la nieve suele transformar bastante rápido y que a un par de días de las nevadas la nieve se transforma y no existe tanto peligro por avalancha. En cualquier caso hay que tener especial cuidado porque algunas de las que hemos observado eran de un tamaño ciertamente importante.