El otro día hablábamos de esquiar despacio y hoy de hacerlo cuidadosamente. No me refiero a la prudencia, sino a la paciencia y la progresividad de la que hemos hablado tantas veces. Muchos esquiadores tienen las habilidades técnicas necesarias, pero las aplican mal porque son impacientes o bruscos. Lo mismo, vaya, que pasa en tantos campos y por lo que seguramente nos habremos llevado alguna bronca alguna vez, jaja
Al inicio de la curva debemos ser pacientes para permitir a los esquís dirigirse a la máxima pendiente. Hay que darles espacio y hay que darles tiempo. Eso, además, nos permitirá también ejercer presión desde el principio y esquiar con mayor precisión y control. Del mismo modo, en la fase de conducción tendremos que ser progresivos, y así no lucharemos contra el medio sino que fluiremos por él.
La mayoría de las veces que encontramos dificultades – el ejemplo clásico es fuera de pista - es sólo una cuestión de ser paciente y progresivo. No es técnica, es táctica: paciencia, movimientos graduales, arcos redondeados... Una cuestión de cuidado, no tanto de habilidad.
¡Buenas huellas!
Carolo © 2015