Antes, para descender por nieve virgen o por cualquier pala de una montaña había que tener técnica y un nivel alto de esquí, que ahora no siempre se respeta. Esta circunstancia ha ampliado la práctica del llamado “free-rider” a muchos esquiadores y surfers que no siempre son conscientes de los riesgos que entraña el fuera pista.
Al margen de los propiamente derivados de no calcular bien las dificultades del descenso o ser victima de un contratiempo –roca o placa de hielo, por citar los más habituales- existen los peligros intrínsecos al medio de la montaña que son los aludes. Estos fenómenos naturales son difíciles de prever, pero existen situaciones metereológicas que nos deben poner sobre aviso en áreas de nieve profunda, proclives a cambios debidos a la inclinación del terreno, al viento, a la caída abundante de nieve, a la frágil estructura del manto nevado y a la subida brusca de la temperatura.
Las estadísticas indican que el 84% de los accidentes se producen pocos días después de una nevada acompañada de viento.
Si practicamos el fuera pista fuera del entorno de una estación es obligado ir equipado con el material de seguridad individual: ARVA, pala y sonda. El ARVA es un localizador de víctimas de avalanchas indispensable como elemento de seguridad para aquellos esquiadores/surferos que se deslizan fuera de las pistas.
El aparato -un poco más grande que un paquete de tabaco- funciona con una frecuencia internacional estándar y sirve tanto de emisor como de receptor. Es un aparato que no protege de las avalanchas pero facilita mucho la búsqueda en caso de percance. Antes de utilizarlo conviene familiarizarse bien con este dispositivo y entrenarse. Por último dos recomendaciones: nunca se debe practicar en solitario el fuera pista y antes de salir hay que conocer las previsiones del tiempo e indicar el recorrido que se va a realizar.
Con el asesoramiento de www.viladomat.com
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