Querían aguantar hasta el 7 de septiembre, que es festivo por allí al ser el Día del Trabajador. Pero las condiciones ya eran muy complicadas, así que decidieron dar carpetazo a la temporada de esquí. Es la única estación que tradicionalmente abría los 12 meses del año en Norteamérica, aunque básicamente se dedican a organziar camps de ski racing, freestyle y alguna modalidad más.
Poco que reprochar a una campaña en la que se han encontrado más dificultades de lo habitual. En los Estados Unidos se ha llegado a marcar temperaturas récord de calor, y aún así abrieron sus pistas. Además algunos de sus empleados iban contagiándose por COVID. Sin ninguna desgracia personal, fueron sustituyendo a los enfermados por otros hasta que pasaban su cuarentena y se reincorporaban a su puesto de trabajo, ya inmunizados ante el coronavirus. Finalmente la restricción de movimientos en algunos momentos y el consejo de no viajar, hizo temer una pérdida notable de clientes, que finalmente no ha sido tan abultada.
A partir de ahora quien quiera esquiar en los Estados Unidos tendrá que esperar un par de meses a que abra Loveland Ski Area, Arapahoe Basin o quizás alguna otra que de la sorpresa. Otra opción es irse hasta Nueva Jersey donde esta semana ha vuelto a abrir Big Snow American Dream, la única instalación de esquí cubierta en Norteamérica. Abre todo el año, así que si nada se vuelve a torcer a
esta instalación tan gafe, así seguirán indefinidamente...