Cuando Bryce Bennett sale a competir no pasa desapercibido. Con una envergadura de 2 metros y medio aproximadamente, su constitución sería más adecuada como jugador de baloncesto que como esquiador de la Copa del Mundo de esquí alpino. Pero es en la nieve y no en el parquet donde el estadounidense eligió desarrollar su carrera deportiva.
Este hijo de 'telemarkero' y nacido en Tahoe, lleva el esquí en los genes. De hecho sus padres se conocieron esquiando en Alpine Meadows (ahora parte de Palisades Tahoe Ski Area) y desde muy pequeño lo pusieron a esquiar en los clubes de la zona: dada su altura, en los otros deportes era señañado rápidamente por los árbitros!
Esta temporada costó ver un Descenso de Copa del Mundo. Se anularon los dos previstos para los hombres en Zermatt, y también el que tocaba en Beaver Creek. Hubo que esperar hasta el 14 de diciembre en Val Gardena para ver la disciplina más espectacular del 'circo blanco'. Y allí, a la primera oportunidad que se le presentó, Bryce Bennett dio el campanazo logrando una sonada victoria poniéndose delante de nada menos que Aleksander Aamodt Kilde y Marco Odermatt, los dos claros favoritos para el Globo de la disciplina.
Un par de días después también en Val Gardena, el norteamericano volvía a sorprender a propios y extraños con otro podio en el segundo Descenso programado en la localidad italiana. Esta vez por quedar en segunda posición, pero consolidando a un corredor del que apenas se había oído hablar hasta entonces.
Aunque después se paseó por la Copa del Mundo con resultados bastantes discretos, volvió a aparecer en marzo en Kvitfjell (Noruega) donde se quedó a tan solo 10 centésimas del podio.
Dos podios con un gran mérito teniendo en cuenta los obstáculos que han significado su gran altura. Con 2,01 metros y sus 100 kilos de peso es quizás el corredor más alto de la Copa del Mundo de esquí alpino. De hecho sus compañeros le llaman "Big Man"
Deslizar un físico así sobre la nieve no es nada fácil. De hecho a los 25 años lo echaron del US Ski Team por ser muy alto y tuvo que ganarse su reincorporación logrando éxito por su cuenta en la Nor-Am Ski Cup. La desventaja es aún más clara si se tiene en cuenta la vertiginosa envergadura de Bennett, estimada en 2,50 metros. Lo suficiente como para alterar considerablemente los principios de la aerodinámica en una disciplina donde es precisamente una de las claves para ganar. Cuando en 2021 logró la primera de sus dos victoria en la Copa del Mundo (siempre en su estación talismán, Val Gardena), un comentarista de la cadena estadounidense NBC dijo de él que “Cuando sus brazos se despliegan, es como un paracaídas”. Su esposa Mary añadió que "como un velero”.
Un físico que hace que pocos proveedores tengan tallas para su equipación. Pero lo que si que no hace nadie son botas de competición para su pie. Y es que BryceBennett calza un 49 de pie!.
Le costó mucho encontrar la bota adecuada para él y combinarla con el ajuste de esquí correspondiente. Al principio el estadounidense intentó compensar el problema trabajando en su técnica bajando sin apenas abrochar las hebillas. Un enfoque que no dio los resultados esperados,
“Creé muchos malos hábitos con un mal equipo. No podía girar el esquí. Mis botas estaban demasiado flojas”.
Bennett se topó entonces con un obstáculo importante que incluso amenazaba su carrera deportiva: su pie no encaja en el molde clásico de las marcas que producen botas. Bennett aseguraba en una entrevista enj Eurosport que
"Las botas generalmente están diseñados para un pie pequeño. . En el programa informático, se limitan a hacerlos más grandes, pero no añaden la cantidad adecuada de plástico al proceso de moldeado, algo que yo no tenía ni idea. Ahí es donde tuve que encontrar una solución ya que como resultado, cuanto más grande es una bota, al haber repartirse más el plástico, se hacen más blandas".
Se creó sus propias botas de esquí
Contactó con varias marcas de confianza pero a ninguna le interesaba crear un molde de competición de ese pie, y como decía Bode Miller, que también calzaba un pie grande, "con las botas se gana o se pierde".
Así que se enfrentó al problema y cambió su mentalidad. Pasó a ser meticulosamente preciso con su equipo haciéndolo a su medida. Por ejemplo empezó a experimentar añadiendo hebillas. Puso más plástico en las secciones inferiores. Cambió de marca. Ahora está con Fischer, quién le puso a trabajar con Steve Nymann, otro alto de la Copa del Mundo. Ahora esquia con una RC4 Podium RD 150 customizada. Pasó de ser ajeno a su equipo a ser muy consciente.
Hasta el punto de que se ha convertido en un auténtico experto en botas de esquí. Viaja con su propia estación para este equipamiento en el que incluye, láseres, micrómetros, plástico, hebillas, metales, etc..., lo que le permite adaptar su RC4 Podium RD 150 sin necesidad de un molde especial que nunca le iba a fabricar nadie.
Tanto conocimiento tiene, que incluso ayuda con las botas de sus compañeros, lo que ya nos da una idea de por donde irá el camino de Bryce Benett una vez cuelgue.... las botas.
Y con estas dificultades, Bryce Bennet ha quedado quinto en la clasificación General de Descenso de la Copa del Mundo de esquí alpino. Ahí es nada!
