Lake Louise se ha convertido en el talismán de Lindsey Vonn. Desde el Supergigante que se adjudicó en diciembre de 2010, la estadounidense acumula ya siete victorias consecutivas en la estación de Canadá. Al igual que la campaña pasada, Vonn se ha llevado este año las tres pruebas disputadas (dos descensos y un supergigante). Y por si fuera poco, Estados Unidos también ha copado los podios con los dos segundos puestos de Stacey Cook en ambos descensos y la misma posición de Julia Mancuso en el Supergigante. "In Lake Louise we trust", pueden proclamar con orgullo en el equipo norteamericano.
Del fin de semana femenino, la imagen para el recuerdo la deja la propia Vonn. Su bajada en el segundo Descenso es una de esas que agrandan el mito. Quizá en el "top ten" de su carrera. Tras una arrancada explosiva, la bala rubia encaró la amplia segunda pala de la "Men's Olympic" a todo trapo. Y casi lo pagó caro. Un resbalón desde el interior al entrar hacia la pendiente le obligó a realizar varios giros al límite, de pura supervivencia, que parecían destrozar todas sus opciones. Pero la Vonn es mucha Vonn, y una de sus marcas de la casa es una capacidad de recuperación que roza lo prodigioso. Superado el traspiés, aún pudo alcanzar una velocidad punta de 135 km/h:
Lake Louise, además, despeja algunas incógnitas sobre la que se adivina como la principal rivalidad de la temporada: el duelo Lindsey Vonn-Tina Maze. Consolidadas las artes de la primera en Descenso y de la segunda en Gigante, el Supergigante se presentaba como la tierra de nadie en la que dirimir sus diferencias. Esta vez, el esquí agresivo de Vonn se impuso al virtuosismo técnico de Maze. Aunque esta última cuajó un cuarto puesto y una sólida bajada que da cuenta de que la eslovena es un caballo ganador para esta temporada.
De paso, Vonn ya es la segunda esquiadora con más victorias en la Copa del Mundo. El "hatrick" eleva la cuenta a 56 y supera a la suiza Vreni Schneider (55).
De Lake Louise también salen con buenas sensaciones dos ilustres del circuito. Julia Mancuso y Anna Fenninger, segunda y tercera en el Supergigante (con buenas dosis de emoción marcadas por la niebla y las copiosas nevadas) con apenas dos centésimas de diferencia. Otra pequeña victoria del desparpajo estadounidense sobre la pureza técnica alpina.