Meri y Pepi más un chico al que no conocían pillaron la primera silla de ese soleado día de powder brutal, gracias a los veinte centímetros que habían caído esa noche. Las dos freeriders tenían por delante veinte minutos hasta la cima para hablar de todo lo que quisieran.
- Lo que no entiendo es por qué le has dejado - dijo Meri
- Porque no podía más. Se ha convertido en un muermo. Últimamente me he dado cuenta de que es muy parado, no tiene interés en hacer cosas nuevas o divertirse -contestó Pepi.
- Claro. ¿Lo habéis hablado?
- Sí, varias veces... pero no parecía importarle. Me decía que así es como él es y que no podía cambiar - soltó Pepi lacónicamente
- Bueno, al menos has intentado hablarlo con él... pero si no está dispuesto a cambiar, es comprensible que hayas tomado esa decisión. ¿Cómo lo llevas?
- Un poco triste, la verdad - contestó Pepi - Pero también siento mucho alivio. Me he dado cuenta de que necesito a alguien que sea más aventurero, que tenga intereses similares a los míos, que le guste esquiar...
- Sí, es importante... alguien que comparta tus intereses y te haga feliz. ¿Estás lista para empezar de nuevo si pillas a alguien así?
- Sí, fijo que si. Es un buen momento para explorar y conocer a nuevas personas. Gracias por escuchar mis penas. Eres un sol.
- Siempre estaré aquí para lo que necesites.... ¿que te parece si esta noche lo petamos en el bar del pueblo? Borrachas como antes. La que no baile encima de la mesa paga ronda. Vamos a salir a divertirnos a tope y olvidar al capullo. Él se lo pierde.
Quedaban solo tres pilonas para la cima y Jose, que había seguido toda la conversación de las dos chicas alucinando y calladito, decidió que no tenía nada que perder y se lanzó al vacío..
Se giró hacia Pepi con su mejor sonrisa y le dijo:
-Yo también estoy en el mismo punto que tú. ¿Nos vamos a esquiar juntos?
Sorprendida, Pepi le miró durante una eternidad y poco a poco se le dibujó una gran sonrisa.
- ¡Si claro! - contestó - Me llamó Pepi. ¿Y tú?
- Jose - dijo dándole la mano - Encantado.
Cuando llegaron arriba, ambos se despidieron de Meri y se perdieron entre nubes de nieve polvo.