Las buenas condiciones de nieve en el verano y la enorme afición por el esquí que ya había en los '60, animó a los gestores de Passo Tonale a seguir abriendo sus remontes y pistas más allá del mes de junio. Fueron décadas en que aquellas pistas se veían llenas también en los meses estivales, y en que era habitual que los turistas se cruzasen con coches con sus portaesquís al completo.
La mejora de comunicaciones que permitió crear una potente industria del turismo de playa, así como los primeros signos del cambio climático, hicieron que los responsables de Paso Tonales decidiesen dar carpetazo al esquí de verano en el año 2000.
Cuando comenzaron las operaciones de esquí de verano en 1961, el glaciar tenía una superficie de 82 hectáreas. En 1993 ya había perdido una tercera parte de su hielo. Para 2015 ya solo contaba con 25 ha. Ese año se tomó la decisión de iniciar la mayor operación del mundo para proteger esa nieve.
Antes de eso, en 2008, ya se empezaron a hacer pruebas con lo que por entonces era una novedad: cubrir 30.000 m2 con lonas geotérmicas. Era algo que también se comenzaba a hacer en otros glaciares de los Alpes para protegerlos de los rigores del verano, con un éxito más que aceptable.
Así que en 2015 los gestores del Paso Tonale decidieron hacer lo mismo, pero a lo grande. Hay que tener en cuenta que gran parte de sus remontes se sustentaban directamente sobre el hielo, lo que nos da una imagen de la dureza de aquella superficie, labrada durante siglos.
Actualmente se calcula que más de 100.000 m2 del Ghiacciaio Presena están cubiertos por lonas geotérmicas. Es un proyecto que se la empresa lleva a cabo junto a grupos ambientalistas y científicos de la Universidad de Milán.
Construidas con material geotextil capaz de mantener una temperatura más baja que el exterior, las láminas (de 70 x 5 m) se unen entre sí en el mismo glaciar para garantizar que las corrientes calientes no penetren en su interior. Además de las costuras, se ponen sacos de arena que actúan como anclajes contra el viento. Una vez colocadas, las sábanas apenas se distinguen del blanco de la nieve.
Cada una de esas láminas cuesta 400 euros, y se tarda unas seis semanas en colocarlas todas, teniendo en cuenta los parones obligados por la meteorología cambiante de la alta montaña. Se colocan en mayo y se retiran en el mes de septiembre.
Pero todo esto tiene un coste altísimo y cada vez cuesta mas mantener esa nieve 'viva' para el otoño. Así que Carosello Tonale S.P.A., empresa que gestiona las pistas y remontes del dominio esquiable de Passo Tonale, donde se incluyen las pistas del Glaciar Presena, ha presentado un faraónico proyecto para mover las instalaciones de ese sector a otra zona de la montaña, con más altura y mejor orientación.
El coste es de 120 millones de euros, e incluye crear pistas nuevas en Cima Sorti e instalar dos teleféricos y dos refugios en la zona occidental de Monte Tonale, que se llevarían la mitad de la inversión económica.
También se quiere hacer mejoras en la mítica pista negra Corno d'Aola. Con una cota de salida a 2.700 metros de altura, en su trayecto pasa por zonas boscosas, y puntos donde se estrecha. El objetivo es homologarla para organizar competiciones FIS. Quién sabe si para tomar el relevo de la malograda Becca de Zermatt que nunca llegó a poder organizar la apertura de carreras de velocidad de la Copa del Mundo de esquí alpino.
Moviendo las instalaciones del Ghiacciaio Presena hacia la zona Cantere, se podría según sus responsables, volver a abrir antes la temporada de esquí, ya que aunque ha bajado el interés por esquiar más allá de Semana Santa y el verano, en cambio si se detectan las ganas por empezar lo antes posible.
Se ampliaría así el negocio de Carosello Tonale, ya que en invierno sigue generando fuertes ingresos. Según la asamblea organizada hace unas semanas para rendir cuentas, se ha facturado unos 28 millones de euros, aunque los beneficios se han quedado en poco más de 1 millón de euros. Aún así, se destaca la importancia del esquí para la población de estas montañas, y la necesidad por tanto de garantizar este turismo e incluso avanzar las temporadas de invierno.
Passo Tonale tiene una de las cotas esquiables más altas de Italia