En los últimos años, Marruecos ha experimentado un crecimiento notable con el surgimiento de una nueva clase media urbana y la modernización de las infraestructuras. Sin embargo, aún tiene un alto porcentaje de su población viviendo en áreas rurales, altas tasas de desempleo, desigualdad abismal y pobreza. Por tanto, necesita seguir diversificando su economía pues la agricultura representa el 14% del PIB empleando al 34% de la población activa.
Desde hace unos años, y especialmente desde las revueltas en varios paises del norte de Africa en 2011, el turismo ha entrado en uno de esos sectores económicos a potenciar por Marruecos. Tanto con llegadas de extranjeros como para el turista nacional. El esquí ha servido para desarrollar de alguna manera las zonas montañosas.
En Marruecos hay principalmente dos destinos de esquí y nieve. Uno de ellos es Oukaïmeden donde hace años hubo un proyecto para hacer un destino de primer nivel. Ahora se plantean inversiones, aunque más modestas y a cargo del Gobierno marroquí.
El otro es Ifrane - Michlifen, un centro muy pequeño con apenas tres pistas de esquí, pero donde hace poco se instalaron dos nuevos telesquís y donde hay mucho turismo de nieve por parte de marroquís que llegan para tirarse en trineos. En la zona además se están apareciendo hoteles de primer nivel.
Pero este invierno, tal como está pasando en la península ibérica y en parte de Europa, la nieve se ha hecho de rogar. De hecho en muchos casos ni ha aparecido, lastrando las visitas de turistas a estas necesitadas zonas de montaña.
Esta falta de turistas ha afectado solamente a las zonas de montaña dependientes de la nieve. De hecho el aumento del número de turistas en enero de 2024 fue notable. Han llegado un +9,5% de marroquíes residentes en el extranjero, y un +11% de viajeros internacionales. Esta dinámica de crecimiento es una continuación del año récord de 2023, en el que 14,5 millones de turistas visitaron Marruecos y los ingresos por turismo en divisas alcanzaron los 105 mil millones de dirhams (nueve mil millones de euros).
Según un comunicado de prensa del Ministerio de Turismo,
“esta dinámica y resiliencia se han construido cuidadosamente durante los últimos dos años. Al final de la pandemia de Covid-19 y después de un cierre de dos años difíciles para los tres sectores del turismo, la artesanía y la economía social y solidaria, las prioridades eran muy claras: resistir, relanzar y reinventar”.
Sin embargo, a pesar de estos nuevos hitos, el turismo nacional enfrenta importantes desafíos, particularmente en las regiones montañosas del país. Las montañas, en general cubiertas de blanco en esta época del año, se han pasado el invierno sin nieve. Destinos tradicionales como Michlifen y Oukaïmeden, que normalmente atraen a un buen número de visitantes ávidos de deportes de invierno, están desiertos. El impacto es palpable: una drástica reducción de turistas y, en consecuencia, una importante reducción de ingresos para residentes y profesionales del sector.
El período normalmente de auge de diciembre a febrero se convirtió en una 'silenciosa' temporada de invierno, tal como explica el Ministerio de Turismo, creando una situación económica precaria para muchos residentes de estas regiones. Sin embargo, este período de escasas nevadas puede ser una oportunidad para reorientarse hacia otras actividades que requieran menos nieve o incluso nada como alternativas al esquí y al snowboard.
De todas maneras para poder consolidar el turismo de esquí y nieve, además de diversificar su oferta de actividades de montaña, los empresarios recuerdan que hace falta mejorar mucho las infraestructuras y servicios en estas regiones montañosas, y que el gobierno y los profesionales del sector deben sentarse a planificar para promover otras actividades adaptadas a las diferentes estaciones del año.
Marruecos espera atraer 17,5 millones de turistas de aquí a 2026 y 26 millones de turistas de aquí a 2030.
El alquiler de trineos es uno de los negocios en la estación de esquí de Michlifen