Las condiciones en las cotas altas del Pirineo siguen siendo invernales, tras una primavera a la que le está costando hacerse un hueco por las nevadas que han ido cayendo y las bajas temperaturas que todavía se registran e impiden que se deshaga la nieve.
Pero las semanas primaverales van avanzando implacablemente y a la que sale el sol, hace su trabajo sobre la nieve. La consecuencia es que hay pequeñas placas inestables que pueden desprenderse solas, o al paso de algún animal o excursionista... o de un tren.
Ayer 8 de mayo abría el Train d'Artouste y al poco rato tenia que detener su trayecto porque una pequeña avalancha caía sobre las vías. Tan solo un buen susto para los pasajeros, que se convirtió en un espectáculo extra que no se contemplaba en el billete.
Personal de la estación de esquí de Artouste se trasladó rápidamente a la zona para limpiar las vías. Unos trabajos que tuvieron que hacerse a pala y que por tanto se tardó varias horas en acabarlos. Ante esa situación, los pasajeros tuvieron que bajar del tren, pasar por un camino despejado que se abrió entre la nieve de la avalancha, y volver a a estación de salida caminando.
Las tareas ya han terminado y el Train d'Artouste ha retomado su trayecto este jueves 9 de mayo. Si nada se tuerce, seguirá viajando por sus vías hasta el 6 de octubre. Momento que se acaba la temporada de verano para poder empezar a preparar la de esquí.
El Train d'Artouste lleva en funcionamiento desde mucho antes que se pusiera en marcha la estación de esquí. Sus locomotoras rojas y amarillas, así como los 72 vagones, se pusieron en marcha en 1929 por la Compagnie des Chemins de Fer du Midi. Por aquel entonces su misión era trasladar a los más de 2.000 trabajadores que construian la presa hidroeléctrica del lago de Artouste.
Una vez acabadas las obras, el tren solo se ponía en marcha para las obras de mantenimiento, hasta que la Compagnie du Midi, a petición de la Prefactura, compra toda la infraestructura en 1932 para crear un atractivo turístico. Más tarde el Train d'Artouste fue adquirido por la Société Hydro Electrique du Midi (SHEM), compuesta por extrabajadores de la presa. Hoy sigue siendo de los mismos dueños, pero está gestionado por el Ayuntamiento de Lauruns junto a la estación de esquí que se abrió en 1969.
El Train d'Artouste se pone en marcha cada verano para un viaje de 10 kilómetros con vistas espectaculares del Pirineo y el Midi d'Ossau.
