La personalidad con tendencia al histrionismo describe fundamentalmente una conducta de representación ficcional alcanzando, en algunos casos, la simulación y la teatralidad.
Bajo la tendencia histriónica, podemos encontrarnos, en parte, disociados de la realidad por lo que nos mantenemos distantes de una conducta adaptada, es decir, actuamos bajo ilusión o fingimiento. Necesitamos constantemente ser el centro de atención y ser admirados, entonces hacemos uso del exceso de dramatismo. Consideramos nuestra esquiada habitual como rutinaria y aburrida por lo que necesitamos experimentar constantemente situaciones nuevas.
Bajo la tendencia histriónica podemos exhibir las siguientes características:
- Una personalidad insegura.
- Hablamos de manera estridente y llamativa.
- Damos importancia a nuestro aspecto físico y nos vestimos de manera estridente.
- Presentamos superficialidad en nuestras relaciones.
- Somos fácilmente influenciables.
- Resultamos poco sinceros.
- Dependemos de las opiniones ajenas.
- Buscamos la aprobación social.
- Tendemos al egocentrismo.
- Exhibimos emocionalidad exagerada pero poco convincente.
- En los fracasos responsabilizamos a los demás o al contexto desfavorable.
Por otro lado, si poseemos una tendencia paranoica tendemos intensamente a buscar detalles que nos hacen perder el contexto en el que nos encontramos y que confirmen nuestro punto de vista, perdiendo así el verdadero significado de la esquiada.
Por ejemplo, si estamos en una clase, para el profesor podría ser frustrante intentar convencernos de que nuestras suposiciones sobre el esquí son erradas. No le serviría de mucho aplicar el razonamiento para persuadirnos dado que podemos tomarlo como objeto de desconfianza. Bajo nuestra propensión paranoica, podríamos pensar por qué esta persona -el profesor- está tan interesada tratando de convencernos de esquiar de otra manera, supuestamente mejor.
En este tipo de personalidad identificamos recurrentemente en el entorno de montaña una cuestión peligrosa que podría poner en riesgo la integridad de nuestro Yo al sentirnos amenazados. El peligro por el que nos sentimos apremiados puede ser real, pero en la mayor parte son proyecciones de peligros inexistentes o basados en experiencias previas.
Si presentamos una conducta paranoica, consideramos al ambiente de montaña como peligroso; culpamos a los demás por lo que nos ocurre; actuamos en función de posibles riesgos; desconfiamos y/o atacamos nuestro entorno social.
Las características sobresalientes de una conducta paranoica son:
- Desconfiamos continuamente de los otros esquiadores.
- Creemos que los demás intentan perjudicarnos.
- Percibimos los comentarios ajenos como ataques personales.
- Somos propensos a guardar rencor.
- Reaccionamos infundadamente a agravios falsamente percibidos.
Hasta aquí llegamos con los tipos de personalidad más comunes que podemos encontrar en las pistas. En la próxima entrega proseguiremos con los rasgos de la personalidad.
¡Hasta la próxima!