Nivel: de medio a experto
Yo mantengo que la
posición del esquiador es de pie, y debe ser verdad, je, pero también es
verdad que esto hay que matizarlo convenientemente, sobretodo a medida que vamos
progresando y esquiamos a mayor velocidad y en pistas de más
inclinación.
Tradicionalmente nos
hemos preocupado mucho de la posición antero posterior, o sea, de si nos
vamos para adelante o si nos quedamos retrasados, pero cuando ya sabemos esquiar
la posición que nos interesa verdaderamente es la lateral. Ésta es la
que va a determinar el canteo y será, además, proporcional a la velocidad a
que viajemos o a las fuerzas externas que generemos, es decir, que cuanto más rápido
o más pendiente queramos ir haciendo curvas con eficiencia, más nos
tendremos que mover en ese plano lateral.
Imaginemos que
iniciamos un viraje levemente retrasados, pero esquiamos con dinamismo y decisión;
a medida que vamos balaceándonos al interior, esa posición retrasada del
centro de gravedad se convierte en inclinada y angulada y, si
hemos compensado con el torso convenientemente, no tiene tanta importancia. Peor
sería, por ejemplo, si fuéramos en muy buena posición antero posterior pero
no angulásemos: derraparíamos porque los esquís estarían planos. Con esto
quiero decir que cuando ya tenemos desarrollados los mecanismos de recuperación
“adelante – atrás”, no tenemos que preocuparnos tanto por quedarnos
retrasados, como por los mecanismos que regulan la inclinación.
¿Y cuales son? En
otros articulillos hemos hablado sobre la angulación que se combina con
la inclinación, y nos da estabilidad “alejando” el centro de gravedad del
interior de la curva. También hemos hablado de la separación de los pies en
busca de la centralidad lateral, que nos permite tener una mejor
base de sustentación y balancearnos con mayor seguridad. Pero los reyes de la
posición lateral son, una vez más, los pies; los pies y, cuanto más
dura esté la nieve, también los “cantos” de los pies. Desarrollar
la sensibilidad en esta zona de los pies es una cuestión de práctica, y con el
tiempo seremos capaces de regular los movimientos partiendo de las sensaciones
que obtengamos en esta parte del cuerpo.
Hoy está muy de moda
hablar de las distintas partes del pie que se apoyan a lo largo de la
curva, y de cómo estas zonas son opuestas en cada uno de los pies. Dejo
a los estudiosos de la escuela española estas disquisiciones técnicas, pero
llamo la atención sobre el meollo de la cuestión: desarrollar la sensibilidad
en los pies, focalizarse en ellos y notar qué pasa allí abajo, es la
mejor herramienta para regular la posición y esquiar con eficiencia.
¡Buenas huellas!
Carolo © 2003
Página 2: La posición, dos: esquiar de pie