Hace 20 años era posible esquiar en Crans Montana en verano. Diferentes circunstancias como el abaratamiento de los costes para coger un avión y plantarse en las playas del Mediterráneo, hizo que la afluencia bajara hasta que decidieron dar carpetazo al esquí de verano. Desde entonces en cuanto se acaba la temporada de esquí se espera al deshielo para comenzar a desmontar algunas instalaciones y revisar otras.
Pero este año todavía quedaba mucha nieve en verano, y todavía no se había podido comenzar a desmontar todo. En algunas zonas como 'La Plaine Morte' estaba todo tal cual se dejó el último día de temporada. Prácticamente era darle al botón de arranque del remonte y dejar que la gente esquiara. A iniciativa de uno de los operarios la empresa reunió a un grupo de trabajadores que quisieran hacerse unas horas el fin de semana, y convocaron a todo aquel que quisiese a unirse a ellos para esquiar de nuevo en Crans Montana en verano.
La realidad es que el aspecto del paisaje continua siendo puramente invernal, con nieve por todas partes y las pistas bien acondicionadas. Un nutrido grupo de aficionados subieron, no sin antes pagar un forfait de 35 euros, y se dieron el gustazo de pegarse unas bajadas extras con la que ya no contaban. Esquís y botas en los pies, ropa cómoda en el cuerpo. Alguno incluso decidió pasar la jornada en bañador.
Para Arthur Clivaz la idea ha sido excelente. No han ganado dinero, pero reconocen que es un buen golpe de marketing,