Nivel:
de principiante a medio
Siempre se ha aconsejado a los esquiadores llevar una
posición adelantada para oponerse a la tendencia natural de quedar
retrasados con el movimiento. Con esto pretende conseguir que se esquíe en un término
medio, es decir, en una posición centrada y bien equilibrada.
Eso de ir hacia a delante está muy bien, lo que ocurre
es que, conseguir una posición adelantada (en movimiento) no es fácil,
ni mucho menos lo es mantenerla. En realidad, ir adelantados es un error tan
grande como ir retrasados, pero es más fácil que nos ocurra lo segundo con más
frecuencia que lo primero. Así, se suele pensar que la posición adecuada es la
adelantada, cuando en verdad nuestro sentido del equilibrio no entiende nada de posiciones
estáticas, sino, más bien, de "regulación del movimiento".
El concepto de “equilibrio” que se emplea
coloquialmente en esquí es muy confuso, y muchas veces se olvida que es algo
precario y cambiante. A lo largo del viraje y en el desencadenamiento del
siguiente es casi seguro que se verá alterado y, para estar bien situado en
el vehículo se necesitará, por ello, desarrollar y perfeccionar una serie
de mecanismos de recuperación en conjunción con el sentido cinestésico
(el de la situación del cuerpo en el espacio) para poder adoptar en cada viraje
la posición adecuada ajustada a cada momento.
Y he aquí donde reside el quid de la cuestión: a los
efectos didácticos puede ser más útil pensar que el esquí no es un
deporte de equilibrio, sino de justo lo contrario, de desequilibrio. En
todas las actividades dinámicas se trata de luchar contra unas fuerzas externas
(la gravedad, la centrífuga, etc.) y de encontrar, sumergidos entre ellas, una posición
estable aunque cambiante. Si un esquiador se esfuerza en mantenerse
equilibrado y lo confunde con algo “estático” estará, ni más ni
menos, negándose a aceptar el juego en que pretende implicarse. Para
comprender mejor todo iniciamos hoy una serie de articulillos sobre la posición.
Quizás lo que he dicho arriba, que es un extracto de “Esquiar con los
pies”, suene algo complicado, pero en las semanas que siguen veremos
como es algo tan sencillo como el modo en que aprendimos a caminar de
pequeños.